RIG Colonial Experience

Llegamos a las 8 am, no estaba la habitación porque el ingreso es a las 3pm Conversamos con Junior y todo el personal de recepción es muy amable. A la 1 pm ingresamos a la habitación. El edificio es una casa antigua bien conservada el mayor inconveniente es que no tienen ascensor , 61 escalones para ir al desayunador, baño de cortesía o piscina y otros 61 para bajar. Si bien el lugar tenia una hermosa vista y la piscina con reposeras . También se puede comer o cenar llevando uno los productos. Nos toco la habitación 102 en planta baja. estándar. Buen tamaño, frigo bar, caja fuerte, agua de cortesía, apoya valija y perchero excelente, placar abierto con muchas perchas, escritorio, mesitas de luz con cajones y sistema de luz muy moderno, (faltaría un velador convencional para poder leer.) Buena iluminación con el ventilador de techo y AA. Muy buen colchón y almohadas. Baño con buen tamaño, poca luz (sistema muy moderno en el espejo) pero no se ve para afeitar o maquillar. No tiene extractor y lo peor no tiene bidet. Buena ducha. Dan una sola llave tarjeta , y hay que ponerla para encender la luz, si uno de los dos sale no puede llevar la tarjeta. O no se puede salir por separado. Otro problema son las toallas, comprendemos que es un clima muy húmedo y cuesta secar, les aconsejo dar unas toallas para la piscina, diferentes a las de la habitación. Dicen que las pidas cuando venís de la pileta que te las cambian pero nunca llegan a tiempo. Las chicas del desayuno y limpieza no parecen muy amables , si correctas, quizás un poco tímidas. El desayuno básico. La ubicación es muy buena en la zona colonial , pero no podremos volver por el problema de subir tantas escaleras.

Si bien tiene buena ubicación y las habitaciones son lindas, el hotel es un desastre. No anda bien el wifi (tenes que salir al pasillo) lo que hace que tampoco puedas ver nada en la TV, te dan toallas rotas y a veces hasta mojadas (no humedas), en una oportunidad ni siquiera habia shampoo. El desayuno tiene un cafe horrible, nunca hubo jugo de naranja y no sueñes con una opción sin gluten (lo cual pedimos cuando hicimos la reserva). El gerente, Joset, un maleducado absoluto, altanero e inutil, en vez de buscar soluciones o intentar compensar todas estas cosas, se encargo de echarle la culpa a sus empleados que son lo mejor que tiene el hotel, y hasta dijo que vigiló por las cámaras de seguridad qué comimos, para desestimar nuestra queja de que no hay opciones sin gluten en vez de solucionar el tema comprando por 2usd algo en el supermercado. Aprovecho para destacar la amabilidad de Luis en el front desk, Esther de limpieza y Jennifer en el desayuno (que en realidad era de otro RIG).