Hotel Palacio Matutano-Daudén

Un hotel precioso, reservamos un paquete con spa y desayuno incluido. El spa es pequeñito pero tiene de todo, el desayuno es excelente con bizcochos caseros y opciones de diferentes tipos de pan y leche, muy completo. La habitación con vistas al jardín muy bonita. Es un muy buen punto para explorar los pueblos del Maestrazgo, una comarca que vale mucho la pena

He llegado con muchas expectativas,dadas las opiniones de otros huéspedes. Qué me he encontrado? Amenities escasas en el baño. Rollos de papel higiénico sin soportes( sobre el mármol del lavabo). Tarima en la zona próxima al WC,que cruje bastante. Y carros de limpieza con mucho ruido ,que te dan las " buenas noches ". Y ruidos intensos en el piso superior que te dan los " buenos días " a las 8 de la mañana. La gente de recepción, amable. El desayuno, correcto. Al ir a pagar, me querían cobrar 100 euros más que lo contratado en Booking. Según me han dicho, " se habían duplicado gastos ". No volvería.

Si visitáis el Maestrazgo, es parada imprescindible, el palacio es precioso, y el salón para desayunar espectacular igual que el desayuno. La habitación muy limpia y con un diseño acorde a la decoración palaciega. La atención de los recepcionistas impecable, muy amables.

Hotel bourré de charme et service parfait. Nous avons passé 2 nuits en basse saison. L'hôtel est magnifiquement rénové. Les chambres sont confortables et bien chauffées. La propreté et la literie sont excellentes. Check-in avec un verre de vin et petites attentions personnalisées dans la chambre. Le luxe avec un service spontané et agréable. Enfin, le village est splendide et il y a de très belles ballades dans les environs.

La ubicación y el encanto del lugar inmejorable, así como la atención y servicio de todo el personal del hotel. Teníamos el desayuno contratado, buenísimo y con producto de la zona de calidad. El primer día comimos también al mediodía, de menú, estaba todo espectacular. Sin duda para repetir. La única pega era que la entrada de la habitación, donde está el baño, es suelo de madera y por la noche cuando salías de la zona del dormitorio, hacía bastante ruido, para una persona con sueño ligero, que es mi caso, hacía que me despertara, pero teniendo en cuenta las características del lugar también le da su personalidad. El resto de cosas compensan este pequeño inconveniente.

Palacio perfectamente restaurado. Sobriedad y elegancia. Ubicación fantástica. El personal es de una gran profesionalidad y amabilidad, tanto los de recepción como Bárbara, quien nos atendió en el desayuno fantásticamente. Volveremos seguro.

Hotel situado en el centro del pueblo totalmente reformado en un palacio del siglo XVIII. El personal encantador desde que llegas , llevando la maleta a la habitación. El restaurante es de 10, el maitre encantador nos aconsejo y guió para tener dos cenas de lujo. Seguro que volveremos.

Con la idea de conocer mejor Teruel y descansar, fuimos a este hotel y fue la mejor decision. El hotel es estupendo, y la cocina es lo más. Nos trataron de cine. El menú sin gluten se agradece especialmente. Las habitaciones, el spa y el jardín son perfectos para desconectar. Y el pueblo, preciso también. Repetiremos sin duda.

Hemos tenido el enorme placer de descansar durante tres días en un bonito y verdadero palacio, el Hotel Matutano Dauden, situado en la plaza central de la Villa de Iglesuela del Cid, al inicio del maestrazgo turolense si llegas por la carretera CV-15 desde Castellón. Nos hemos sentido “en casa”, ya que desde el primer momento ha sido muy agradable la sincera y cálida acogida por parte de todas y cada una de las personas que componen el staff del hotel, desde la recepción hasta el restaurante, pasando por el servicio de habitaciones, el precioso bar, el privilegiado jardín; queremos destacar la amabilidad y profesionalidad del personal del restaurante Torre de los Nublos, que por la mañana sirve un completo desayuno buffet capaz de hacer las delicias de l@s más tiquismiquis o l@s más glotones, dotado para comidas y cenas de una magnífica carta acorde al entorno que supone la estancia en el salón principal de este espléndido edificio del siglo XVIII, completamente restaurado por el Gobierno de Aragón, conservando gran parte del mobiliario y decoración del último propietario particular, D. Manuel Matutano Dauden. Marga, Cielo, Gema, Hernán, Mari, Marc (y los demás con quienes hemos intimado menos), ha sido una estancia inolvidable. Muchas gracias por todo!! Seguro que volveremos