Hotel Vivar

Nos alojamos en este hotel por la cercanía al lugar de celebración de una boda. Reservamos varias habitaciones con varios meses de antelación. Todas superaban los 100€. Las habitaciones dobles son pequeñas, los colchones y las almohadas muy deteriorados. Las Habitaciones triples están reformadas, decoración más moderna y muy amplias. La nuestra en concreto tenía un fuerte olor a tu erias que no desapareció en el día que estuvimos allí. También tengo que decir que se escucha bastante ruido de fuera, pasos, cisternas, y para colmo una discusión de pareja que despertó a toda la planta. Las habitaciones estaban limpias. El desayuno es a la carta, puedes elegir, cafés y zumos y tostadas o algo de bollería.

Cuando reservas confías en lo de 60 y pocos euros que anuncian. Cuando llegas pagas por adelantado y si pides la tabla de precios te dicen que no tienen. El precio va subiendo según van llegando los huéspedes. Empezó en 75 euros y acabó, por la misma habitación, en 125, en un dos estrellas y en Griñón. Y si te toca una habitación abuhardillada, tendrás el “privilegio“ de madrugar, ya que no hay cortina ni persiana. Tampoco tienen hojas de reclamaciones. Salir de la ducha (desastrosa) sin lesionarte es casi imposible. Se aprovechan de la nula competencia. No pongo un 1 porque mi habitación tenía persiana.