Dar la Bague de Kenza

La mejor forma de conocer Fez e introducirse de lleno en su cultura es alojandose en la Medina y el Riad La Bague de Kenza fue una fantástica elección! Desde que llegamos hasta que nos fuimos Rachid, el encargado, fue super atento con todo lo que necesitamos. Nosotros no hablamos francés pero nos pudimos comunicar con él en ingles y español sin ningún problema. Incluso nos acompaño los primeros días por la Medina porque nos daba un poco de respeto pasear solos por ahi. Y los días que volvimos más tarde también nos acompañaba al Riad o donde hiciese falta. No podemos estar más que agradecidos del trato recibido, a diferencia de un hotel, en el Riad te hacen sentir como en casa. Rachid le pone todo su corazón al trabajo e incluso en Ramadán estaba super pendiente de que desayunasemos bien y encontrasemos algo abierto para comer a medio día los días que no hicimos excursión, también estaba super pendiente de ofrecernos agua y té, lo que me imagino no debe de ser fácil en tiempos de Ramadán. El último día que volabamos super temprano no nos dejó ir sin desayunar. Rachid se desvive por sus huespedes y se preocupa en todo momento por su bienestar, considero que el trabajo que hace es impagable. ¡Las vistas desde la terraza son una pasada! Nos encantó poder disfrutar de un té (bueno fueron bastantes tés ^^') mientras escuchabamos el llamado a la oración y veíamos anochecer desde ahí. Destacar tambien que quisimos hacer un cambio en la reserva de último momento y Edna, la propietaria, se mostró super comprensiva y nos ayudó en todo lo posible, lo que me pareció un gran gesto por su parte. El Riad ha estado en todo momento muy limpio. Hemos pasado 1 semana allí y nos vamos con el recuerdo de la Medina que es super característica y la experiencia de haber dormido en un palacio marroquí. ¡Fue todo un acierto hospedarnos aquí! Mil gracias a Rachid y Edna por hacer este viaje tan especial!