Hotel Tall de Conill

El trato ha sido excelente. Eso es lo que valoro por encima de todo. El dueño es todo un caballero con una educación que no abunda hoy. El desayuno es inmejorable: zumo, el que quieras tomar, tostadas recién hechas (con aceite y tomate o mantequilla y mermelada o los dos tipos), queso, jamón serrano, jamón cocido, café con leche (de dos jarras grandes, el que quieras tomar), y Cruasán de dos tipos. Me ha gustado la decoración del comedor y de los pasillos. Nos dio una suite muy grande con 2 ventanas, con baño enorme. Mi recomendación es para los que valoran a las personas y su intención. El hotel no es moderno, pero lo esencial (baño, toallas, sábanas, colchón) está limpio y su ambiente es de otra época, ya no se encuentra hoy. Gracias Sr. Jaume