Hotel Rural Casa de Los Camellos

Nicely located in the small streets of the old city center, next to a charming square. The building is a typical canary style house, with wooden floors and ceilings, and a central patio. Our room nr. 8 on the first floor was charming, but no views, rather dark and very bad acoustics. The queen size bedding was ok. We had a good buffet style breakfast, with freshly baked bread and local cheeses. Would have appreciated hot milk with the coffee. Good for a stopover or short stay.

The rooms are great and the staff excellent but the emergency light(s) by the doors have a really bright green LED that many will find too bright (I did) this can be overcome in some rooms by draping a towel (or similar) over so it didn't spoil my stay but others might need eyeshades! Definitely stay here again another time tho'

Las camas se desplazaban con facilidad, caro para la calidad que tiene, la bañera era pequeña y vieja junto con la cortina ,no estaba limpio el polvo, muy mal isonorizado,la habitación superior en lugar de un sofá tenía una cama supletoria muy incómoda para sent****, el trato del personal , la ubicación y el tamaño de la habitación es excelente

Un hôtel très central à Agüimes. Nous y avons passé 2 nuits dans une chambre supérieure (chambre 10). Parking gratuit trouvable dans les rues au sud de l'hôtel. Accueil très aimable avec de nombreux conseils (en anglais). Jolies cours plantées, coursives pour l'accès aux chambres. L'aménagement des chambres date un peu, mais la nôtre était grande et lumineuse. Celles au rez-de-chaussée sont plus sombres et parfois sans vue. Petit déjeuner buffet avec un choix assez réduit. Tout autour, la ville d'Agüimes vaut la visite avec ses nombreuses statues. Un lieu atypique où nous avons eu un agréable séjour.

Das Hotel hält, was es verspricht! Zentral gelegen und sehr spanisch ;-)

Un hotel pequeño e increíble, cuidado con esmero en todos sus detalles. El personal es encantador, las habitaciones son amplias y con todo lo necesario para una buena estancia, y el desayuno es fantástico, con fruta local recién cortada y productos típicos canarios. Lo recomiendo a cualquiera que pase unos días en la zona. El pueblo es fantástico, de esos en los que los vecinos te saludan por la calle, y tiene cerca fantásticos senderos y playas.

La verdad es que el hotel es precioso. Las habitaciones son muy bonitas. Es una casa antigua, acogedora y con una ubicación buena en el casco del pueblo. Zona de paseo, restaurantes cerca, esta parte genial. El personal muy amable y pendiente de nosotros (Nelida y la chica de limpieza del sábado -no nos dijo que nombre- nos atendieron genial). Como dato negativo tengo que decir que en 3 días de alojamiento,no pude darme un baño de agua caliente. Nos comentaron que había que dejar un rato el agua abierta para que se calentara (más de 5 minutos abierta seguro.. cosa que me parece un despilfarro) . Pero aún así no salía prácticamente nada caliente y salía sólo un hilillo. Además de esto, en la habitación había un minibar que no funcionaba, y no pudimos tener nada fresco dentro (con ola de calor) y nos comentaron que solo servía como mantenedor... No nos convenció para nada. Creo que hay más detalles que deberían valorar en las habitaciones (limpieza del aire acondicionado, puertas descascarilladas, grietas en las paredes...)... Cosas a mejorar

La rehabilitación realizada (de esta casa utilizada hace siglos por Holandeses) no está muy conseguida. Poco carácter, sin alma. Los desayunos están servidos con muchísimo cariño pero no son nada del otro mundo.

Magnífico en todo, una antigua posta de camellos reconvertida en un hotel rural precioso, la decoración es clásica y elegante, con mucha madera, los patios interiores son dignos de película, así como la atención del personal, tanto Juani como Ricardo nos han hecho sentir como en casa. Lejos del típico hotel turístico, nos hemos sentido en la gloria, sobre todo por el trato del personal. Volveremos para poder disfrutar otra vez.